Chocamán, Ver. – El Palacio Municipal de Chocamán se ha convertido en el escenario de una obra artística que conecta a los habitantes con su pasado prehispánico.
El primer mural, recientemente iniciado, representa la extensa zona arqueológica que yace oculta en los alrededores de esta villa, específicamente en una propiedad privada en la zona sur, cerca de la antigua estación.
Aunque gran parte de esta área ha sido cubierta por siglos de naturaleza, la cronista del municipio, María de Lourdes López Luna, afirma con entusiasmo: “¡Existe!”
Este sitio arqueológico abarca cinco hectáreas y pertenece, probablemente, al periodo Preclásico Medio. Entre sus restos se destacan basamentos piramidales de hasta 9 metros de altura, plataformas que alcanzan los 80 metros de largo, y dos enormes cabezales que formaban parte de un espacio destinado al ritual y deporte mesoamericano del juego de pelota.
Además, este mural plasma la historia de otros cinco sitios en la región donde también se practicaba este importante ritual.
El proyecto se ha logrado gracias a la colaboración del reconocido arqueólogo Dr. Francisco Heredia Guillén, quien, a través de sus investigaciones y tesis, ha contribuido al rescate y reconstrucción de este episodio crucial en la historia de Chocamán.
López Luna expresó su profundo agradecimiento al Dr. Heredia por su apoyo y también al presidente municipal, Ernesto Ruiz García, por la confianza otorgada para llevar a cabo proyectos que elevan el nivel cultural de la villa y potencian su proyección turística.
El mural, obra de Eduardo y de la misma cronista, busca no solo embellecer el Palacio Municipal, sino también concientizar a la comunidad sobre la riqueza arqueológica de Chocamán.
“Descubrir y trabajar por el desarrollo de nuestra villa es tarea de todos”, concluyó López Luna, enfatizando la importancia de valorar y preservar el legado histórico de la región.
Este mural no es solo un esfuerzo por embellecer el espacio público, sino un recordatorio del vasto patrimonio cultural que Chocamán tiene por ofrecer, convirtiéndolo en un punto clave para el turismo cultural y arqueológico en la región.