Ciudad de México. – En su primera conferencia matutina como presidenta de México, Claudia Sheinbaum abordó uno de los episodios más dolorosos de la historia del país: la masacre del 2 de octubre de 1968, declarando oficialmente que los actos cometidos contra el movimiento estudiantil constituyeron un crimen de lesa humanidad.
Este reconocimiento marca el inicio de su mandato tras haber recibido la banda presidencial el día anterior, 1 de octubre, de manos del exmandatario Andrés Manuel López Obrador.
Sheinbaum, la primera mujer presidenta de México, inició su gestión conservando las conferencias matutinas, conocidas como “mañaneras”, un sello característico de su predecesor.
En su primera comparecencia, recordó el movimiento estudiantil de 1968, proyectando un video con la intervención de Pablo Gómez, exlíder estudiantil encarcelado durante ese periodo, y actual titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF).
El video presentó un recuento histórico de los hechos del 2 de octubre, donde el entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz se reconoció como responsable de la represión violenta contra los estudiantes.
Durante la conferencia, Sheinbaum compartió un testimonio personal sobre su conexión con el movimiento: “Soy hija del 68, mi madre participó como profesora apoyando a los estudiantes. Fui testigo de esa lucha cuando tenía seis años, y visité a Pablo en Lecumberri cuando tenía siete”, relató emocionada.
Disculpa pública y decreto presidencial
Ernestina Godoy, consejera jurídica de la Presidencia, dio lectura a un decreto que será publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF), en el cual el Estado mexicano reconoce los hechos del 2 de octubre como un crimen de lesa humanidad. En el decreto, se ofrece una disculpa pública a las familias de las víctimas y se reafirma el compromiso de evitar la repetición de estos crímenes.
“El Ejecutivo Federal se compromete a garantizar la no repetición de atrocidades como la represión de movimientos ciudadanos, el uso de fuerzas armadas contra la población, la tortura y el uso de cárceles clandestinas”, establece el documento.
Por su parte, Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Gobernación, dirigió una disculpa pública a las víctimas del 2 de octubre y sus familias, subrayando la responsabilidad histórica del Estado.
“Nos dirigimos a madres, padres y sobrevivientes que mantuvieron viva la lucha por justicia. El Estado mexicano ofrece una sentida disculpa pública a quienes perdieron a un ser querido esa noche. Hechos como este no pueden repetirse”, sentenció Rodríguez.
Con esta acción, el gobierno de Sheinbaum busca cerrar un ciclo de impunidad que por décadas marcó el recuerdo de la tragedia de Tlatelolco y reafirma su compromiso con la justicia y los derechos humanos en México.