Atoyac, Ver. – La industria azucarera de México enfrenta un duro golpe este año, con una proyección de disminución de entre el 10% y el 15% en la producción, marcando el nivel más bajo de la última década.
La causa principal de esta crisis es la prolongada sequía que azotó al país durante el año 2023, afectando severamente la cosecha de caña de azúcar.
El Comité Nacional para el Desarrollo Sustentable de la Caña de Azúcar (Conadesuca) estima que la producción alcanzará apenas 4.7 millones de toneladas, lo que representa una reducción de aproximadamente 500 mil toneladas con respecto al año anterior.
Este déficit ha llevado al Banco de México a pronosticar que las importaciones de azúcar alcanzarán su nivel más alto desde 1993.
La situación de sequía persiste en 29 de los 32 estados mexicanos, según el último informe del Monitor de Sequía de la Comisión Nacional del Agua.
Los estados más afectados son Veracruz, Jalisco y San Luis Potosí, que en conjunto producen alrededor del 69% del azúcar del país.
La crítica situación se refleja en números alarmantes: el 86% del territorio de Veracruz se encuentra en una sequía anormal o excepcional, mientras que en San Luis Potosí y Jalisco la situación también es preocupante, con un 57% y un 68% de sus territorios afectados, respectivamente.
Esta crisis llega en un momento delicado a nivel global, ya que la Organización Internacional Gubernamental Azucarera (OIA) advierte sobre un posible déficit global de alrededor de 500 mil toneladas debido a la situación en el Mar Rojo.
Además, la decisión de la India de prohibir las exportaciones de azúcar agrava aún más la situación.
Ante esta escasez, los exportadores mexicanos se ven obligados a comprar azúcar en el mercado internacional para cumplir con los acuerdos comerciales establecidos.
Esta situación podría beneficiar a países como Guatemala, Honduras y El Salvador, mientras que los productores estadounidenses también esperan sacar provecho de la situación.
El precio del azúcar a nivel global experimentó un aumento del 47% en 2023, según datos de la FAO, lo que refleja la gravedad de la situación en el mercado.
Con México ocupando la séptima posición en la producción mundial de azúcar, estas condiciones tienen un impacto significativo en la economía tanto nacional como global.